ROBERT DE NIRO: "EL ARTE ABRAZA LA DIVERSIDAD. Y POR ESO EL ARTE ES UNA AMENAZA"

Ayer, el actor acudía a Cannes llamado a celebrarse. Apenas un puñado de intérpretes han recibido el galardón honorífico del festival más importante del mundo (“todos merecidos”, bromea Thiérry Frémaux). A Meryl Streep, Michael Douglas y Forest Whitaker, anoche se les sumaba Robert de Niro. La cara visible del noir estadounidense no necesita una Palma que lo acredite, para ello tiene su prolífica carrera, con los ocho trabajos hercúleos de Martin Scorsese por titular (de ‘Malas calles’ a ‘Uno de los nuestros’, pasando por ‘Taxi Driver’ o ‘El cabo del miedo’), e hitos del calibre de ‘El cazador’ de Michael Cimino, ‘Heat’ de Michael Mann o ‘Érase una vez en América’ de Michael Corleone. Disculpad el formato “lista de la compra”, dejarse una se siente pecado capital.

Sus dos Oscars llegaron por ‘El Padrino: Parte II’ (1974) y por ‘Toro salvaje’ (1980), y tenía ya el premio honorífico del Kennedy Center, de los galardones de la Academia Británica (BAFTA) y de la Prensa de Hollywood (HFPA). Además de una ráfaga de películas, De Niro nos lega el Festival de Tribeca, que cofundó por respuesta al 11-S. Cinefilia pasada, presente y futura, nos hubiera bastado que el actor subiera al escenario para aplaudir enloquecidamente. Pero ayer Robert de Niro decidía apartar sus batallitas del centro de atención y regalarnos uno de los discursos más contundentes y comprometidos de los últimos años. Lo resumimos al final del artículo.

“¿Que cómo llegamos hasta aquí? En dos palabras: buena pregunta”, bromeaba en la clase magistral que hoy ha compartido, como colofón, con el cineasta y fotógrafo JR, con quien prepara un retrato documental sobre el legado de su padre (‘Caras, lugares’ con Agnès Varda le abrió al francés el apetito al retrato de cineastas). En la hora de conversación que JR moderaba, De Niro se ha dedicado a contestar con monosílabos a las grandes preguntas personales de su entrevistador delante de la inmensa platea de la Sala Debussy, sobre el arrepentimiento, la infancia y las innumerables horas de grabaciones que De Niro hizo del estudio de su padre, el pintor expresionista abstracto Robert de Niro Sr.

Robert de Niro, sobre hacer el bien: "Si indagas, flotará a la superficie. Para mí, esa superficie es justicia y claridad"

Sin embargo, cuando el público ha tomado la palabra, el padrino de Hollywood ha arrancado a hablar, con la sencillez de los abuelos, de temas verdaderamente interesantes. “La gente tiene que defender lo correcto porque, inherentemente, la gente sabe lo que es correcto. Y sabemos que ciertas personas están obrando mal”. El actor confía en el instinto como dictador de su juicio: “Es como algo bajo la superficie del agua. Indagas y flotará a la superficie. Para mí, esa superficie es justicia y claridad”, un bien que “sé que les debe molestar de alguna manera. Y eso es lo que ha sucedido en muchos países. Hay gente... Y no estoy seguro de poder decirlo, donde la tiranía de unos pocos se apodera y controla a todos los demás”.

De Niro defiende también la intuición, aplicada al oficio de actuar: “Sobre ese primer impulso, confía en él”. Ha citado al personaje de Joe Pesci, en ‘El irlandés’: “Hay una frase suya que me encanta: ‘En caso de duda, no dudes’. Así de simple: sigue tu instinto. No pasa nada. El director te ofrecerá otra perspectiva; te guiará o te dejará explorar y ver adónde va, cómo se ve, cómo se siente: lo que es realmente”. “Estar cómodo” debería ser la prioridad de cualquier actor: “Tienes que comprometerte y encontrarlo por ti mismo; puede que no se alinee con la visión original del director. Pero eso no significa que el director tenga razón”. Y seguía: “Los cineastas tienen que ser lo suficientemente abiertos e inteligentes como para seguir tu instinto. Luego, si algo necesita ajustes, pueden darle forma sin perder la esencia de la escena, la idea central”.

Robert de Niro, sobre el futuro: "Envejecer tiene sus beneficios. Aprendes sobre la gente, sobre las cosas; observas mucho"

Robert de Niro ha abordado asimismo el futuro de las salas de cine: “Sinceramente, no tengo una teoría sólida. Solo sé que es importante contar historias visualmente, a través del cine o de cualquier otro formato. Cómo va a cambiar, no lo sé. Siempre espero que siga habiendo películas en los cines, porque es muy especial compartir esa experiencia con una sala llena de desconocidos”. Y celebraba, con la alegría de quien sabe que no sabe nada: “Hay algo en la tradición —aunque no es la palabra correcta—, de la experiencia compartida de una sala de cine es algo que simplemente no se puede reemplazar”.

“Una cosa que sí sé: me gusta madrugar”. En los años recientes, se ha dedicado a buscar su familia europea, en Italia, Alemania y Países Bajos. Su ocupación ahora es ser él mismo. Busca “simplemente crecer. Envejecer. Experimentar la vida, y eso te da algo, una especie de identidad”. Explicaba: “Hay cosas que todavía no sé, y cosas que ahora entiendo que antes no entendía. La experiencia ayuda. Envejecer tiene sus beneficios. Aprendes sobre la gente, sobre las cosas; observas mucho”.

En la película que prepara con JR, de la que han enseñado un fragmento al público, Robert de Niro dice no tener miedo a la muerte, “porque es inevitable”. Hoy ha rectificado: “Tengo miedo, pero no tengo otra opción, así que si sabes que no tienes otra opción, es mejor que empieces a pensar en cómo lidiar con ello”. Y aquí un punto que no ha clarificado: “Pero no puedes tener miedo de muchas maneras. Eso es todo: abrazar la vida, seguir adelante, aceptar todo lo bueno y lo malo, y cuanto menos malo, mejor”.

También ha confesado que quienes lo hicieron enamorarse del cine fueron todos los actores de su generación: “De niño admiraba a Brando. Me gustaban Montgomery Clift, James Dean… Laurence Olivier. Los veía en pantalla todo el tiempo. Eso era todo”. Aunque las películas que le cambiaron la vida fueron ‘Esplendor en la hierba’ de Elia Kazan (1961) o ‘Centauros del desierto’ de John Ford (1956), que vio de adolescente. “Yo era muy joven, entonces otro lugar al que solía ir en Nueva York se llamaba ‘The Laugh Movie’, estaba en la calle 42 y todo lo que ponían eran comedias. Eso hacía todas las semanas: ver comedias de Abbott, Costello, Laurel y Hardy, todas las comedias de la época”. JR le ha recordado cómo le dijo que creía que su padre lo llevaba al cine “para pasar rato juntos sin tener que hablar” y De Niro ha reconocido hacerlo en ocasiones con su familia.

Robert de Niro deslumbra: "El arte abraza la diversidad. Y por eso el arte es una amenaza"

Así declaraba al recibir la Palma de Oro de Honor de las manos de un emocionado Leonardo Di Caprio, quien recordó cómo conoció a su ídolo. Fue en el casting de ‘Vida de este chico’ (1993): “La audición fue difícil. Había mucha competencia. Ninguno sabía quién conseguiría el papel”, explicaba. “Y con 15 o 16 años, hice lo único que se me ocurrió para destacar: le grité a todo pulmón. La sala estalló en carcajadas”. Posteriormente, cuando el productor le preguntó a De Niro quién sería el elegido para el papel, no se lo pensó dos veces: “El segundo niño desde el final. Por suerte, ese segundo niño era yo”.

Pero Robert de Niro rechazó la anécdota fácil y dio un discurso de aceptación políticamente muy comprometido: “El arte es inclusivo. Une a la gente, como esta noche. El arte busca la verdad. El arte abraza la diversidad. Y por eso el arte es una amenaza”. Una amenaza, en concreto, “para los autócratas y los fascistas”. Luego, se dirigió a los aranceles que Donald Trump, “el presidente filisteo de Estados Unidos”, quiere imponer, una medida que de ponerse en juego romperá la industria internacional: “Ahora ha anunciado un arancel del 100% a las películas producidas fuera de Estados Unidos. Reflexionen un momento: no se puede poner precio a la creatividad, pero aparentemente sí se le puede imponer un arancel”.

“Todos estos ataques son inaceptables. Y no es solo un problema estadounidense, sino mundial. Como en una película, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que actuar, y tenemos que hacerlo ya: sin violencia, pero con gran pasión y determinación”, y remató con un aplaudidísimo: “Liberté, égalité, fraternité!”. Pocos minutos antes, en su discurso inaugural Juliette Binoche, Presidenta del Jurado y Presidenta de la Academia del Cine Europeo, de quien sí se esperaba que defendiera algo –con la de frentes que el cine, el feminismo y la política tiene abiertos...–, acabó por disfrazarse con una mantellina de santa y tras palabras vacías, no dijo nada comprensible o comprometido.

Al entregar el premio, Di Caprio puso palabras a nuestro asombro. Dijo, De Niro es relevantísimo en los tiempos actuales: “Eso es lo que tiene Bob (Robert). No habla mucho, pero cuando lo hace, importa”.

2025-05-14T17:19:50Z